Reflexion del Evangelio de Monseñor Pastor Cuquejo, Arzobispo de Asuncion

Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche

(LUCAS 18, 1-8)

El Evangelio de hoy comienza con una frase muy hermosa: "Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre, sin desanimarse, les propuso esta parábola". Y a continuación les contó la parábola de un jucez injusto que no temía Dios ni a los hombres.
Lo que resalta en la narración que nos propone Lucas, quien seguramente escuchó muchas veces de boca de Pedro y Pablo las enseñanzas de Jesús, es el espíritu de oración de Jesús. Creemos,entonces, que la oración era una constante en las enseñanzas de Jesús, y que lo enseñado por El era justamente el fruto concreto de su experiencia de oración. Laoración entendida como un diálogo abierto y sincero, de corazón a corazón, con el Señor. Porque la parábola sobre el juez injusto, quien hace justicia después de ser importunado y para librarse de tanta insistencia, se refiere a la oración.
Es la oración de petición insistente de todo hombre que recurre a Dios ante los infortunios que padece. Jesús continúa diciendo; "pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche? Osdigo que harájusticia sin tardar."
Pues bien, la oración de petición, tiene que está alimentada por la fe. Una fe que se manifiesta justamente en el diálogo confiante e insistente entre el Padre y sus hijos. Para que el grito y la insistencia den resultado, como lo demuestra la parábola de Jesús, la fuerza de la fe es la que pone en contacto a Dios con sus hijos. El mero grito y la mera insistencia, que expresan más el problema antes que la real experiencia de la acción de Dios no da resultados.
Falta ese nexo amoroso y de confianza que une el corazón de Dios con el corazón del hombre. Ese nexo es ciertamente determmante para que Dios escuche nuestros clamores y haga justicia sin tardar.
Si faltara ese nexo, se puede entender la pregunta de Jesús: "Cuandovenga el Hijo del Hombre,¿encontraráesta fe en la tierra?"Vale la pena reflexionar y poner en práctica los principio de una oración insistente y confiada.