San Lucas 16,19-31EL MAL RICO
El potentado egoista se va al infierno y desde alli pide que el pobre, al que ni miraba en la Tierra, advierta a sus hermanos del peligro de condenarse.
Curiosamente, una mujer soluciona el grave inconveniente teologico de que un condenado quiere hacer "apostolado". Se trata de santa Catalina de Siena, quin enseña que su deseo no es que sus hermanos se salven, sino que pretende aminorar la responsabilidad de aquel, ya que si se perdian tambien sus familiares, el iba a aumentar su condenacion y su pena por las culpas que le cupiesen.
Despejada esta curiosidad, reflexionemos: Epulon no se condena por ser rico, sino por ser mal rico. "Vestia purpura", es decir, gastaba excesivamente en ropa. Y nosotros, ¿cuanto dinero y tiempo gastamos en esto?
"Baqueteaba esplendidamente". Bien sabemos que el plato principal de los convidados es la fama de los projimos. Por eso, le ardia la lengua en el infierno y pretendia que le fuese aliviada esa molestia. De aqui, sobre todo, la teologia clasica saco la nocion de que cada uno sera atormentado en el purgatorio y en el infierno con aquello que peco, un dato opinable para pensar.
Y, para colmo, ocupado en la ropa, en el menu, no descubria la necesidad extrema de un projimo llamado Lazaro, quin estaba siempre en la puerta de su casa. Las riquezas nos producen daño cuando nos hacen tramposos, orgullosos e intolerantes, y esto ultimo es el caso del Evangelio de hoy.
El pobre no se salva por ser pobre, sino por ser buen pobre. No se quejaba ni de su pobreza ni de su enfermedad, considrandolos justos castigos de sus pecados, no decia: "Por que me paso esto a mim que soy tan bueno".
San Gregorio Magno y otros grandes doctores de la Iglesia afirman que a veces, cuando la prosperidad economica va acompañada de suerte, puede ser que Dios pague en Tierra el poco bien que se ha hecho y, ya que le gustan las riquezas y estas en si no son malas, retribuye de este modo.
Esto ultimo es muy importante para que se piense en aquellas personas que se quejan por al prosperidad de los ricos.
Curiosamente, una mujer soluciona el grave inconveniente teologico de que un condenado quiere hacer "apostolado". Se trata de santa Catalina de Siena, quin enseña que su deseo no es que sus hermanos se salven, sino que pretende aminorar la responsabilidad de aquel, ya que si se perdian tambien sus familiares, el iba a aumentar su condenacion y su pena por las culpas que le cupiesen.
Despejada esta curiosidad, reflexionemos: Epulon no se condena por ser rico, sino por ser mal rico. "Vestia purpura", es decir, gastaba excesivamente en ropa. Y nosotros, ¿cuanto dinero y tiempo gastamos en esto?
"Baqueteaba esplendidamente". Bien sabemos que el plato principal de los convidados es la fama de los projimos. Por eso, le ardia la lengua en el infierno y pretendia que le fuese aliviada esa molestia. De aqui, sobre todo, la teologia clasica saco la nocion de que cada uno sera atormentado en el purgatorio y en el infierno con aquello que peco, un dato opinable para pensar.
Y, para colmo, ocupado en la ropa, en el menu, no descubria la necesidad extrema de un projimo llamado Lazaro, quin estaba siempre en la puerta de su casa. Las riquezas nos producen daño cuando nos hacen tramposos, orgullosos e intolerantes, y esto ultimo es el caso del Evangelio de hoy.
El pobre no se salva por ser pobre, sino por ser buen pobre. No se quejaba ni de su pobreza ni de su enfermedad, considrandolos justos castigos de sus pecados, no decia: "Por que me paso esto a mim que soy tan bueno".
San Gregorio Magno y otros grandes doctores de la Iglesia afirman que a veces, cuando la prosperidad economica va acompañada de suerte, puede ser que Dios pague en Tierra el poco bien que se ha hecho y, ya que le gustan las riquezas y estas en si no son malas, retribuye de este modo.
Esto ultimo es muy importante para que se piense en aquellas personas que se quejan por al prosperidad de los ricos.
(fuente: semanario Cristo Hoy)
No hay comentarios:
Publicar un comentario