martes, 2 de octubre de 2007

Reflexion del Evangelio de Monseñor Pastor Cuquejo, Arzobispo de Asuncion

San Lucas 16,19-31
"Entre nosotros y vosotros hay un abismo inmenso"
La parabola trata del hombre rico y del pobre Lazaro, quines en vida no han podido relacionarse por causa del egoismo del hombre rico, y una vez muertos tampoco pudieron hacerlo. En efecto, la muerte marca la etapa final de la vida en la tierra para continuar viviendo en la inmoralidad. La frase del Evangelio de hoy es tan significativa como real: "entre nosotros y vosotros hay un abismo inmenso para que no puedan cruzar, aunque quieran, desde aqui hasta vosotros, ni puedan pasar de ahi hasta nosotros".
Es la frase lapidaria que sella la vida de los que viven con Dios y de aquellos que no pueden ya vivir con Dios. Es imposible cambiar lo que e ha realizado en la tierra hasta el momento de la muerte.
Pero volvamos al hombre rico. Este se complacia con lo que tenia; se daba todos los gustos y vivia como si él fuera el centro de todo. La meta de su vida comenzaba con tener dinero y tambien en los banquetes donde encontraba el sentido de su existencia. No tenia porque pensar mas alla de estos placeres. Se sentia realizado. Los demas no formaban parte de su vida.
Muy cerca del hombre rico estaba el pobre LAzaron, simbolo de todo ser carente de bienes y por lo tanto sin acceso a lo mas elemental en la vida, como ser el alimento de cada dia. Lazaro se pasaba el tiempo esperando que de la mesa del hombre rico cayera algun pedazo de comida para satisfacer su hambre. Nunca lo consiguio. Y llego el momento en que ambos murieron.
El hombre rico se llevo la gran sorpresa. Se acabaron los placeres y comenzo el infortunio. Para Lazaro terminaron el hambre y la miseria y comenzo la felicidad eterna. Un abismo los separo para siempre. Y no hubo forma de que Lazaro ayudara al hombre rico aunque lo quisiera, porque ya en la tierra se ha forjado el destino de ambos. Destino inexorable, irremediable. Lo que uno se lleva consigo en el momento de la muerte eso es lo que continuara por siempre.
La solucion esta en compartir solidariamente lo que uno tiene con aquellos que no lo tienen. Entonces no habra un abismo infranqueable que separe uno de otros.
(fuente: Semanario Cristo Hoy)

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